Hola👋🏼,
te escribo desde Río de Janeiro, una ciudad de la que incluso los que nunca han estado tienen una o varias opiniones. Las más comunes son belleza, locura de Carnaval e inseguridad.
Si me preguntas mis impresiones después de una semana recorriendo sus calles te diré que la bahía de Guanabara es espectacular. En belleza sólo la de Vancouver le hace sombra.
Otras palabras que describen la ciudad son calor, playa, fiesta, amabilidad, buenos precios y não se pague de graça.
Es una expresión similar a la colombiana de “no dar papaya”. En román paladino, no llamar la atención para que no te roben.
De día, más que nuestra persona, lo que está en riesgo es nuestro móvil. Las reglas son simples: siempre en el bolso y sólo se saca en tiendas y restaurantes o pegado a la pared. Nunca sabes de dónde sale la moto que lo va a birlar.
De noche ya he oído de todo, mucho relacionado con sustancias que pueden acabar en tu bebida.
Bienvenidos a Río de Janeiro, donde los extranjeros tendemos a alojarnos en la inmensa y muy viva Zona Sul, principalmente en los barrios de Leblon, Ipanema y Copacabana.
De ahí sólo salimos de día para visitar los puntos obligados de Pao de Azúcar y Cristo Redentor o aventurarnos por el centro histórico o los barrios de Lapa y Santa Teresa para visitar museos, el Gabinete de Lectura Imperial, la Escalera de Selarón o, simplemente, caminar.
Si has estado en Portugal, Lapa y Santa Teresa te recordarán a algunos barrios de Oporto o Lisboa.
Son las mismas casas, los mismos estilos, los mismos colores. Son el resultado de la emigración masiva de portugueses entre 1880 y 1930.
Los edificios debieron ser hermosos pero hoy están decaídos, ultrajados con grafiti.
En esos barrios hay zonas donde es notorio el número de personas, casi todos varones, que parecen abducidas por las drogas de la calle. Asemejan zombies adormilados y malviven tirados en las aceras.
👉🏼 Los desamparados están por todo Río, pero las diferencias de barrio a barrio está en sus números.
No pienses que Lapa y Santa Teresa son, ni favelas. Son barrios, pero hoy distan enormemente de la seguridad de Copacabana, Arpoador, Ipanema o Leblon.

En Copacabana, Ipanema o Leblon, las playas son sus corazones que palpitan con vida.💖
Primero están los carriles bici, luego los paseos de mosaicos en blanco y negro formando figuras que identifican a cada playa y después un ancho arenal.
Para llegar a la orilla del mar, unas mangueras riegan las “rutas” para evitar quemarnos las plantas de los pies pisando sobre la arena fina.
Hay gente desde primera hora de la mañana, ya que amanece muy temprano. Las actividades son las de todas las playas: tomar el sol o jugar al voleibol, con raquetas o marear una pelota.
Si cuando estás en la playa tienes un capricho de comida, bebida, sombreros, bikinis, o bisutería, seguro que alguien te lo vende. Si quieres una sombrilla o unas sillas, te las alquilan.
Es imposible contar de la variedad de vendedores ambulantes que se mueven arriba y abajo por los arenales.
Pero a diferencia de lo que ocurre en otros lugares, como Cartagena de Indias, en Río no te persiguen hasta que compras. Es, por el contrario, un ambiente muy agradable.
La presencia de seguridad es evidente, incluso hay Policía Militar y helicópteros del cuerpo sobrevuelan las playas.
Los domingos se cierra al tráfico la calle paralela a los arenales y es una fiesta de caminantes y corredores.
En mi opinión, las playas entre Copacabana y Leblon son (bastante) seguras. Yo fui sola, aunque cuando me metí al mar lo hice con todas mis posesiones en las manos.
Es un mar muy agradable para el bañista, sin apenas algas o piedras y con una temperatura de agua perfecta, ni fría ni caliente. Eso sí, el mar tiene resaca y arrastra.
Pero si uno quiere seguridad garantizada en un arenal la única opción es la Playa Vermelha, en la falda de Pao de Acucar. Está en un barrio militar. Allí nadie se mueve.
Más allá están las playas de Botafogo y Flamengo, donde no es posible bañarse.
Están contaminadas porque los ríos desembocan en esa zona sin sistema de saneamiento.
Tampoco existe uno para limpiar la contaminación que proviene del inmenso y cercano puerto deportivo. Esa es una de las muchas fronteras invisibles de la ciudad.
Más allá de las playas, llama la atención lo verde que es Río de Janeiro, con abundantes árboles en las calles, una bellísima laguna marina y el Parque Nacional de Tijuca, un gigantesco bosque urbano.
Pero lo verde no es suficiente para dar paz. Río de Janeiro es ruidoso y caótico en casi todos los barrios.
En el asfalto de las avenidas compiten coches, autobuses, motos, bicicletas y peatones.
Las aceras están ocupadas por la economía informal, quioscos, tiendas, transeúntes y los barrotes que los edificios levantan para separar la seguridad de sus portales del mundo incierto de las calles.
Las calles, por cierto, son siempre bulliciosas e interesantes. Entre lo que me llamó la atención destacaría que:
Las brasileñas visten elegantes y femeninas. Como ninguna otra
Hay una cultura del deporte que va mucho más allá de la estética
Aunque es innegable que eso cuenta. Hay cuerpazos. Nunca he visto tantos packs. (Pero lo de señores de mi edad en bañadorcitos diminutos, lo podían obviar)
Posiblemente ayuda a tanta belleza la facilidad para encontrar y pagar por los tratamientos estéticos. El bótox va muy barato.
Gusta, mucho, la fiesta.
Y las chanclas (flip flop) de Havaianas están por todas partes, incluso es posible comprar pines para personalizarlas.
Me compré un par nada más llegar. Esa noche tenía los pies desbaratados. A partir de ahí me fijé y vi que la abundancia de Clínicas do pé es notoria.
Estos días previos al Carnaval son abundantes los blocos (fiestas en la calle) y ya llevan varias semanas de ensayos de los desfiles durante las noches.
Me animé una noche a ir a ver los de Imperatriz, pero sólo después de contratar previamente el Uber para que me recogiese y saliendo del Airbnb sólo con la llave, una botella de litro y medio de agua y 100 reales en el bolsillo. No me atreví a llevar teléfono ni tarjetas.
Me lo pasé estupendo.💃🏻
En mi deambular por Río me llamó la atención que son omnipresentes los carteles señalando que el acoso sexual es un delito y también el maltrato animal o la discriminación por razón de raza. El metro y algunos autobuses tienen espacios sólo para mujeres, lo que te da una idea del problema que hay.
También es evidente que hay un gran esfuerzo público para erradicar enfermedades. En los últimos años Brasil eliminó el sarampión de su territorio y bajó notablemente el número de casos de fiebre amarilla.
En la playa cualquiera se puede hacer gratis la prueba del HIV y en los centro de salud incluso los extranjeros nos podemos vacunar de lo que nos falte.
También se ven indicios de la agenda pública para paliar la pobreza extrema y la considerable desigualdad social que afecta a Brasil.
Si te fijas verás tiendas y farmacias ofreciendo medicamentos o alimentos gratis o con descuento y haciendo referencia a diversos programas sociales.
👉🏼 Según el Banco Mundial, Brasil es el octavo país más desigual del mundo.
👉🏼 Según datos de Oxfam, 6 brasileños –personas, no porcentaje– concentran la misma riqueza que el 50 por ciento más pobre del país (108 millones de habitantes).
👉🏼 Según la misma fuente, si sumas la riqueza del 5% más adinerado, obtienes la misma cantidad que posee el restante 95% de brasileños.
Es cierto que la pobreza ataca con mayor crueldad al norte del país que al sur, pero en Río la realidad de las favelas en imposible de obviar.
A pesar de los problemas, Río es un imán para los turistas. Curiosamente, más el extranjero que el nacional.
Abundan los estadounidenses pero a ojo de buen cubero diría que en este verano de 2025 el grupo más numeroso es el de los argentinos, a los que hoy en día les resulta más barato veranear en Brasil que en su propio país.
Los cariocas se esfuerzan por hablar portuñol, pero los brasileños agradecen cuando los hispanoparlantes intentamos hablarlo, así sólo sea para cambiar nuestro sí por su sim.
👑 Petrópolis 👑
Cerca de Río hay ciudades interesantes. Me fascinó la excursión a Petrópolis, la sede de verano de la familia imperial de Brasil.
👉🏼 Cuando Brasil se independizó en 1822 no se convirtió en una República, sino en un imperio con una rama de la familia Braganza.
El Museo Imperial de Petrópolis es fascinante. Lamentablemente está prohibido sacar fotos, incluso a las pantuflas que te dan para deslizarte por los encerados pisos de madera.
Es una experiencia en la que tus pies están en Brasil pero los ojos sólo ven enseres, modas y objetos rutilantes que estarían en su salsa en el corazón aristócrata de Europa.
La excepción, que merece ser subrayada, son los objetos chinos exquisitos de madera lacada y marfil: cajas, costureros e incluso un rompecabezas. Finura en extremo.
Es deslumbrante.

✍🏼 Consejos si piensas viajar a Brasil
📲 🟢 Es de los países más fáciles de Latinoamérica para obtener una tarjeta sim. Ve a una tienda oficial de una operadora.
Te diré que tanto da una que otra porque todas las operadoras dejan mucho por desear en cobertura cuando sales de las ciudades. La señal puede ser tan débil que Uber, que por cierto es muy barato, no carga.
💳 🟢 Todo se puede pagar con tarjeta, incluso en la playa, aunque los brasileños pagan con una app que se llama PIX.
En casos extraordinarios cobran un 5 por ciento adicional si pagas con tarjeta, pero después del 10 o 20 por ciento de Argentina, el 5 brasileño me parece una bendición.
Lo que sí es importante es saber que, frecuentemente, las tarjetas de débito extranjeras funcionan como si fueran de crédito (cosas de Brasil de las que nadie parece saber la razón).
💵 🟢 Si decides sacar algo de dinero porque te da paz mental llevar reales en el bolsillo, recuerda que en los cajeros SIEMPRE hay que declinar la conversión local. Si la aceptas puedes perder hasta el 16% comparado con el cambio de tu banco.
Me despido desde Paraty, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y, que yo haya estado, la ciudad colonial mejor conservada de las Américas. Quizá la cubana Trinidad le pueda hacer sombra, pero poco más.
📃 Aviso parroquial 👇🏼
En Brasil funciona bien el Correo. He comprado un total de 20 postales que puedo enviar a los 20 primeros lectores de Raíces y Ramas que digan que quieren una.📬
Ya he enviado desde Chile y desde Antártica, el nivel de entrega en ambos casos ha sido alto, en torno al 85 por ciento, pero no siempre todas llegan.
Cosas de Correos.
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Abrazos
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🥰 Gracias mil por estar ahí. Esta carta te la envío desde Paraty, Brasil.🇧🇷
Increíble el dato de la concentración de la riqueza.
& que preciosa esta última foto, ya espero esos relatos sobre Paraty.
Gracias por abrir esta ventanita al mundo. Si queda todavía alguna, me encantaría recibir esa postal. Abrazos !!!