👋🏼 Esto es Raíces y Ramas
Carta dominical sobre mi vuelta al mundo: una señora
de provincia española de cincuenta-y-tantos años.
Viajo sola, disfruto bastante y me asombro continuamente. 🌻
✍🏼 He estado puebliando por Antioquia y también por Quindío, uno de los departamentos del Eje Cafetero colombiano.
El encanto de esos pueblos de historia reciente y carentes de grandes construcciones nace de una combinación de colorido, belleza natural, civismo y autenticidad.
Son hermosos.
En el recorrido me comí kilómetros, coseché café, conversé sobre la gentrificación que provocamos los turistas, me enamoré del plumaje de un pájaro y caminé una de las rutas más bellas por las que mis pies han pisado.
Esta fue mi ruta👇🏼👇🏼👇🏼
🐑 Guatapé, Antioquia
A una hora y media de Medellín está el pueblo más turístico del departamento.
Su atractivo es un gran peñón privado con vistas estupendas al embalse de Peñol – Guatapé. Una turba de turistas, a la que yo me sumé, nos animamos a trepar sus 708 escaleras.
Al “hacer cumbre” es complicado hacerse una foto sin dar/recibir empujones. Al comenzar el descenso las tiendas de souvenirs son un dolor a la vista con imanes y camisetas del infame Pablo Escobar.
El peñón, llamado La Piedra, está muy cerca del pueblo de Guatapé, que perdió el 20 por ciento de su territorio cuando se construyó la represa que anegó varias de sus calles.
En ese pueblo las casas tienen un zócalo colorido. Antiguamente, los motivos decorativos eran siempre geométricos. hasta que alguien tuvo la idea de ampliar el diseño. Pero nadie se atrevía.
Hasta que le pidieron su opinión a alguien con autoridad: el cura del pueblo.
El párroco respondió colocando en el zócalo de la iglesia cuatro imágenes representando a los evangelistas y así inició una nueva moda.
Muchas casas tienen ahora zócalos imaginativos, de lo que les gusta o sus aspiraciones, aunque la mayoría hace referencia a la profesión de la familia que allí vive.
Otro motivo común es un cordero, como el que representa a Jesús de Nazaret, pero con la particularidad de que su cabeza mira hacia atrás. Es una forma de recordar el pasado, cuando un quinto del pueblo todavía no estaba anegado.
Cerca de Guatapé hay varios muelles desde donde salen barcos que recorren el embalse. Hice de guiri y me subí a uno.
Pasamos cerca de una descomunal cruz que marca exactamente donde estaba el altar de la iglesia del pueblo sumergido de Peñol.
La sequía hace posible también ver su pedestal.
Un poco más adelante, todo el pasaje del barco se volteó para ver una península que se adentra en el agua. Sobre ella, ruinas.
Es La Manuela, una de las fincas de Escobar que el grupo de Los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar) voló por los aires.
Oigo conversaciones. Turistas que parecen fascinados e intentan localizar dónde estaría el helipuerto o el muelle de los hidroaviones.
Parece que todos los grupos saben la historia de que las paredes de la finca eran dobles, con espacio para guardar los dineros del gran negocio del tráfico de cocaína.
👉🏼 No he ido a Finca Nápoles, posiblemente la propiedad de Escobar que a día de hoy recibe más turistas.
👉🏼 Tampoco he ido a Doradal, el llamado Santorini colombiano, donde el narcotraficante tuvo propiedades y se sospecha que pudo estar detrás de su desarrollo.
Me producen rechazo.
🌉 Santa Fe de Antioquia
Después de la independencia de Colombia, Santa Fe fue la primera capital del departamento de Antioquia, antes de cederle el cetro a Medellín.
Desde la terminal norte de Medellín se llega en apenas una hora a este pueblo de arquitectura colonial y republicana preciosa, rodeada de árboles floridos que explotan en colores.
Paseé sin rumbo y sin prisa tomando helados de mango biche y granizados de café para mitigar el calor pegajoso.
Cuando me cansé, alquilé un tuck tuck – que aquí llaman moto-ratón– y le pedí que me llevara a las afueras, al Puente Colgante de Occidente.
El chofer resultó ser un librito sobre ruedas y es que para obtener la licencia tuvo obligatoriamente que tomar un curso en historia y cultura de Santa Fe. Era un erudito sin él saberlo.
Quería ver el puente porque cuando se inauguró en 1895 fue el más grande de Sudamérica y el tercero del mundo.
El chófer me contó que entre los héroes de la construcción destacaron las recuas de mulas y los arrieros que las manejaban.
Hicieron más de 800 viajes de 150 km cada uno para transportar en los lomos de esos animales las 64 toneladas de alambre que hicieron falta para el cableado del puente.
Lo crucé a pie, dando saltitos, mientras a mi lado pasaban tuck tucks que hacían traquetear las maderas del piso.
😇 Jericó, Antioquia
Este es el pueblo más lindo.
Está a tres horas de Medellín a casi 2.000 metros de altitud.
De su plaza mayor surgen las calles empinadas que suben y bajan. Un festival de puertas, ventanas y balcones coloridos.
Jericó es un pueblo nuevo, de apenas la segunda mitad del siglo XIX, cuando se produjo la gran colonización antioqueña del sur de ese departamento y de otros vecinos como Risaralda, Caldas y Quindío, el corazón del eje cafetero.
Guarda gran similitud con otros pueblos que resultaron de esa colonización que cambió la historia de Colombia.
Casi todos comparten arquitectura, diseño urbanístico, admiración por los fundadores del municipio y orgullo por la colonización. Y también comparten civismo.
Pero cada pueblo tiene sus propias características que lo individualizan y lo distinguen.
Jericó tiene, a mi juicio, el museo de pueblo más interesante que yo haya visitado, el MAJA. Y eso a pesar de ser el menos turístico de los pueblos lindos, quizá porque su ubicación es remota.
Es así a pesar de tener un notable turismo religioso por ser el lugar de nacimiento de la única santa colombiana: Laura Montoya de Upegui, a quien se venera en un templo neogótico rosa chicle como si estuviera pintado en un cuento.
Lamenté irme.
Lo compensó el viaje de 4 horas en chiva hasta Jardín.
Cruzamos la montaña por un camino de tierra acompañados de una música inclasificable entre rancheras y salsa con letras que cantan al desamor (tusa en colombiano) y que las señoras cantaban cuando sabían el estribillo.
El paisaje, siempre verde, alternaba cafetales con pasto y vacas.
Por el camino paramos a recoger niños de fincas aisladas y los acercamos a la escuela.
También se aceptaban encomiendas de paquetes que el ayudante el conductor ya sabía dónde había que entregar.
☕️ Jardín , Antioquia
Tiene fama de ser el pueblo más lindo de Antioquia y quizá de toda Colombia, pero mi corazón se quedó en Jericó.
Lo cierto es que ambos pueblos son parecidos, aunque Jardín es más turístico. En las puertas de cafeterías y bares vi carteles llamando a un conversatorio sobre los problemas que está ocasionando el turismo.
Esa conversación la tuve con el chofer de mi tuck tuck mientras nos tomábamos un tarta de gulupa en el mirador de la Garrocha.
El problema es la gentrificación porque en Jardín nadie le quiere alquilar vivienda a un colombiano. Se gana más rentando sólo los fines de semana a los extranjeros.
En Jardín ejercí de turista y tomé el tour cafetero en la finca familiar de los Correas. Jugué mi parte y hasta vestí poncho, sombrero y cesta de bejuco para parecer una chapolera, como se le llama en esta zona a las recolectoras de café.
🟢 el café colombiano es 100% arábica
🟢 recoge siempre manualmente
🟢 tiene mucha menos cafeína que el brasileño, que es robusta y se cosecha mecánicamente
🟢 se distingue el grano porque la “grieta” del colombiano se asemeja a una S
Y tres cosillas más:
🟢 El café instantáneo no sólo sabe mal, es que se hace con granos pasados o estropeados por hongos o insectos
🟢 El café tiene que tener color café. Si es negro, malo
🟢 La cafeína que tiene una taza de café depende del tiempo de contacto del agua con el café. De tal manera que el expreso de cafetera italiana es el que menos tiene y el cold brew el que más
🌴 Salento, Quindío, Eje Cafetero
Me habían comentado que es un tourist trap. Yo no lo veo así, al menos en esta época del año, aunque es cierto que hay mucho turista, nacional y extranjero.
Además, si ese fuera el caso, se le perdonaría porque Salento tiene una joya: el Valle del Cocora.
Se llega allí en los willys.
👉🏼 Los willys eran originariamente jeeps del ejército estadounidense usados durante la II Guerra Mundial y donados a Colombia.
👉🏼 Se adaptaron muy bien a las condiciones del campo del Eje Cafetero y acabaron siendo medios de transporte de humanos y cosas.
👉🏼 Hoy son los taxis entre Salento y el valle del Cocora y también con el municipio de Finlandia.
👉🏼 Llevan un chofer y ocho pasajeros si van a entrar en autopista. Si sólo circulan por carreteras locales llevan hasta tres pasajeros más que viajan de pie sobre un estribo.
👉🏼 Es divertido, pero al final del trayecto se tiene una idea exacta de dónde están los riñones y con los dientes chocados.
El Valle de Cocora es famoso por sus gigantescas y elegantes palmeras de cera.
🟢 Hay bosques de palmeras de cera más grandes que el de Cocora, como en Pijao (Quindío) y La Carbonera (Tolima), pero son apenas conocidos porque hasta la firma de los acuerdos de paz de 2016 esas zonas estaban bajo control de grupos armados.
Pero las palmeras de cera sólo son una parte del recorrido.
El resto es un sendero de aproximadamente 12 kilómetros por un bosque de niebla. Se camina entre muros de verde y sobre ríos que se cruzan sobre siete puentes colgantes de tablones cosidos por alambres. Cimbrean ya con el primer paso.
Necesité cinco horas para completarlo.
Saqué fotos hasta acabar la batería del teléfono y sonreí continuamente, aturdida por la belleza, el atronar de los ríos, el aleteo de los pájaros, el suave deslizamiento mudo de la niebla y los escollos en tramos embarrados del camino.
Ha sido una de mis mejores caminatas, de la que involuntariamente saqué una lección:no pasaré de largo la próxima vez que vea al inicio de un sendero un local que alquila botas de goma.
Lo ignoré y acabé con mis tenis chorreando y colmados de barro.
🎬 Finlandia, Quindío, Eje Cafetero
El pueblo no se llama así por el país vecino de Suecia sino por el latín. Significa Amiga de los Andes, o sea, Finlandia.
El lugar es indudablemente lindo y tiene un mirador arrancado de una película de ciencia ficción. Pero es muy turístico.
Quizá se deba a que ahí se rodó Café con aroma de mujer, la telenovela de los amoríos entre el hacendado Sebastián Vallejo y Gaviota, una pobre chapolera. Han pasado 30 años desde su estreno y se sigue recordando.
Pero a pesar del exceso de turismo sigue conservando una esencia auténtica.
Es un pueblo para sus moradores, a los que les encanta recordar los eventos extraños, únicos o fantasiosos de su corta historia como aquella vez en la que un tal Chun se empeñó en fabricar una cometa que fuera tan grande que no entrara por la puerta de la iglesia.
Logró eso y más.
Con la colaboración de sus convecinos confeccionó una cometa más grande que una casas de dos pisos de la plaza mayor.
Fue, sin duda, la cometa más grande del mundo. Para rematar la obra, la hija de Chun tejió la cola, que cuentan que era más larga que tres manzanas.
Tanto pesaba la cometa que hacerla volar fue casi imposible. Pero no se dieron por derrotados. Esperaron un día de temporal para que el viento les colaborara.
Y ahí la cometa voló y el vendaval se la llevó.
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🥰 Gracias mil por estar ahí. Esta carta la he escrito desde Salento, Eje Cafetero. Cuando la recibas, estaré caminando por un desierto.
Colombia con aroma a café!!. A mi casa recién llegó una amiga de Ecuador que vivió en Colombia 5 años. Ahora su mundo gira en torno al café. Ella vivió en Pitalito-Huila y he podido tomar café de ese lugar y de otros sitios. Para mí el café era una bebida más y al hablar con ella y degustar, ahora aprecio más esa bebida que hace que la plática con los amigos sea duradera y sepa rica.
Muchas gracias. Toda la zona es una belleza.