👋🏼 gente.
Un nuevo domingo, ya de otoño pero que se siente de verano. Esta semana he estado en Málaga, Madrid y Ourense y en las tres ciudades el tema de conversación es el mismo: el calor insólito para esta época del año.
Sin embargo, mientras escribía esta carta, sentí frío.
Navidad y Reyes Magos están a la vuelta de la esquina. ¿Te gustaría regalar o regalarte una historia de tu familia? ¿Una investigación?¿Un documento? ¿Aprender a buscar información?
Contesta a esta carta como harías con cualquier otro email, cuéntame qué te gustaría y hablamos. 😀
✍🏼 José Pérez Alcalde, mi abuelo materno, fue soldado en el bando sublevado durante la Guerra Civil española, pero conmigo nunca habló de ello. Tampoco de política. Yo nunca pregunté.
Pasaron los años y murió mi madre. Entre sus cajas encontré dos objetos que testimonian el paso de mi abuelo por el frente: una foto con un uniforme claro al lado de otro soldado y con la anotación a lápiz “Junio de 1937. Valle de Alhucemas. Marruecos español”.
Entre las cosas de mi madre también había una moneda de dos pesetas emitida por el Consejo de Asturias y León durante la Guerra. Y ahí nació mi curiosidad, ¿qué habría hecho mi abuelo durante la guerra?
La respuesta la encontré en su expediente militar, guardado en el Archivo de Guadalajara.
Cuando lo recibí, lo leí la primera vez en oblicuo y rápido mientras me encomendaba a los santos en los que no creo para que mi abuelo no hubiese sido uno de los que mataron a civiles, uno de los que se ensañaron con los “enemigos”, que no fuese un psicópata al que las circunstancias le dieron un arma. Si lo fue, no hay rastro documental. Sentí alivio.
Ya relajada, leí y estudié su expediente y esto es lo que encontré: un veinteañero al que sacan de su familia, trabajo y ciudad, le dan un arma y lo arrojan a un mundo en el que si no matas, te matan.
Mi abuelo había nacido en 1917 en Soutomaior, Pontevedra y el golpe militar del 36 lo pilló con 19 años trabajando de chofer en Vigo. Al él, en una situación de paz, le hubiera tocado incorporarse al servicio militar obligatorio en el año 38, pero las cosas de la guerra hicieron que a su quinta la llamaran en el 37. La orden que le entregaron a mi abuelo lo enviaba a Melilla.
Desconozco si mi abuelo se fue a Africa convencido de que el franquista era su bando o si, simplemente, fue un soldado geográfico. Es decir, uno de los miles de jóvenes que lucharon en el bando que controlaba el lugar en el que se encontraban cuando la guerra les obligó a posicionarse.
👉🏼 Cuando estalló la Guerra Civil el 18 de julio de 1936, la población de España era de 24 millones 800 mil personas y contaba con 60 Cajas de Reclutas. 30 quedaron en territorio gobernado por el gobierno de la República y 30 en provincias en las que triunfó el golpe.
👉🏼 Inicialmente, la República trató de luchar con voluntarios, a los que se sumaron unos 35.000 extranjeros de las Brigadas Internacionales.
👉🏼 Sin embargo, la República abandonó esa política y comenzó a llamar quintas a filas, llamamiento que se aceleró tras la salida de España de las Brigadas Internacionales. En los últimos meses del conflicto había llamado desde las quintas de 1915 -hombres de 44 y 45 años-, a las llamadas quintas del biberón y del chupete, muchachos nacidos en 1920 y 1921.
👉🏼 En el bando sublevado, también conocido como Nacional o franquista, las llamadas a quintas fueron más limitadas, abarcando desde la de 1929 a la del 38. Los franquistas pudieron llamar menos soldados de reemplazo a filas porque contaban con 75.000 voluntarios africanos del Protectorado y del Sahara, además de decenas de miles de italianos enviados por Benito Mussolini.
El 28 de junio de 1937 mi abuelo ya estaba en Africa y en esos días se hizo la foto. Lo midieron (1,92cm), lo vacunaron y lo destinaron a instrucción militar.
Al mes juró fidelidad a la bandera y quedó adscrito al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas n. 5. Le siguió una ráfaga de traslados dentro del Protectorado de Marruecos hasta que a finales de noviembre lo enviaron al Parque Móvil del 10º Tabor expedicionario y cruzó el Mediterráneo hacia la Península.
🟢 Destino: Ateca, Zaragoza, para incorporarse al Ejército de Marruecos.
Ahí paré de leer el expediente de mi abuelo, porque sabía hacia dónde iba. Tenía los datos: Aragón, diciembre, 1937.
Yo, en mi sofá, en 2023, sabía adonde se dirigía mi abuelo, que 86 años antes tenía que ignorar que se encaminaba a la horrenda carnicería glacial que fue la Batalla de Teruel, la que se considera como la más mortífera de la guerra.
Campaña de la Batalla de Teruel: 71 días de muerte
👉🏼 15 de diciembre de 1937 - 22 de febrero de 1938
👉🏼 37.000 muertos (cifra más conservadora)
👉🏼 50.000 heridos, congelados y desaparecidos
👉🏼 Temperaturas de -20ºC con ráfagas de -25ºC
Fue, posiblemente, la batalla con mayor cobertura por parte de la presa extranjera, que resaltó el frío.
“Nada servía de protección contra las ráfagas heladas que llegaban aullando desde el norte y que atravesaban todas las capas de ropa, por muchas que fueran. Los ojos se nos llenaban constantemente de lágrimas por lo intenso del dolor; los dedos de las manos se nos hinchaban y se nos dormían y de los pies desaparecía toda sensación que no fuera una frialdad glacial insoportable”. Herbert L. Matthews. The New York Times.
Este fue el recorrido de mi abuelo por esos infiernos helados:
Ateca
Cerro Gordo
Vértice Hombrihuega
Alfambra
Sierra Gorda
Baldesellos
Lomas de Cascajal
La batalla la ganó su bando. Pero me pregunto qué pensaría ante tanto espanto recibido e infligido.
Me pregunto qué pensaría cuando estando en Cerro Gordo con un frío paralizante vio–como toda Europa–, que la oscuridad de la noche desaparecía dando paso a un cielo rojo-sangre.
Me pregunto si entendió que se trataba de una insólita aurora boreal o si se abandonó a la histeria de los que rezaban al ver lo que solo podía ser un castigo divino por tanto despropósito humano.
Después de Teruel, mi abuelo y su compañía siguieron órdenes que los llevaron, principalmente, por el Bajo Aragón. Más guerra. Más de aquí para allá.
Almunia de Doña Godina
Cariñena
Samper de Salz
Estación de Zuera
Híjar
Calanda
Caspe
Alcañiz
Hasta que llegó un telegrama con la orden de que se incorporase a Automovilismo en el Ejército del Norte. Era mayo de 1938 y allí se quedó hasta el fin de la guerra el 1 de abril de 1939.
Quizá en ese destino participó en la toma de Asturias para el bando sublevado y de ahí la curiosa moneda del Consejo de Asturias y León que conservaba mi madre y que nunca me enseñó.
Mi abuelo todavía viviría un destino más: al Mediterráneo al Ejército de Levante. Allí estuvo hasta que lo licenciaron el 22 de diciembre de 1939. Tenía 22 años.
Nunca me habló de la guerra ni de qué hizo en ella.
🗝 Llaves para abrir tu historia familiar
🟢 Numerosas instituciones y asociaciones han puesto en valor lugares en los que ocurrieron momentos claves de la Guerra Civil. Resultado de esa labor es, entre otros, la web La Batalla de Teruel.
Cuando miro las fotos no puedo evitar mirar a los pies y pensar en el frío siberiano.
🎡 Ideas para indagar en familias
🎧 Un podcast de 10 minutos creado por Ana Nieto y por mí titulado La aurora boreal que aterrorizó a un país.
📚 ¿Os habéis fijado que en Aragón hay muchísimos escritores de primer nivel? Ignacio Martínez de Pisón es uno de ellos. Os recomiendo Derecho Natural, una historia familiar ambientada en la Transición.
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