✍🏼 Hasta que llegué al norte de Chile mi conocimientos sobre los Chinchorros era exiguo. Apenas podía articular una frase: uno de los pueblos originarios más antiguos de Sudamérica.
Pero visitando el Museo de Iquique me enteré que los chinchorros fueron los primeros de toda la humanidad en crear momias ex profeso.
Salí del museo sabiendo que tenía que conocer la obra de estos recolectores-pescadores-cazadores que vivieron hace 7.000 años.
Y es comparando fechas, es claro que cuando los egipcios comenzaron a momificar a sus faraones, los chinchorros llevaban ya 1.500 años dedicando trabajo, inventiva y tiempo a conservar los cadáveres de sus hombres, mujeres y niños. Incluso fetos.
Esos datos sobre cronología y democracia en las momificaciones me volaron la cabeza.
🚌 Viaje a Arica
Fueron 4 horas y media en bus de Iquique a Arica, a apenas 20 km de la frontera con Perú. Atravesamos un desierto monótono ensuciado por plástico-basura y con decenas de animitas de la carrera que marcan muertes en la ruta.
La mayor concentración en ese tramo está cerca de un peaje, donde las animitas adornadas con banderas, flores de plástico, velas, lazos y cervezas se dedican a santos oficiales como Santa Teresa de los Andes, San Lorenzo o San Expósito y a santos de la oficialidad paralela del fervor popular, como la Difunta Correa.
Esta acumulación de animitas marcan, al parecer, un accidente en el que murió una persona mientras varios automovilistas veían en directo como el “alma” del difunto se desprendía del cuerpo a-la-película-de-Ghost. O eso es lo que cuentan.
Llegar a Arica 🫤
Arica me decepcionó. Es una ciudad de más de 200.000 habitantes encajonada entre el desierto y el Pacífico.
Fea, desangelada y violenta.
Según las estadísticas ostenta el título de la ciudad chilena con la tasa delictiva más alta. Pero visitarla es el precio a pagar para conocer a las momias.
Visitando a las momias chinchorro 🚶🏻♀️
Están en dos museos, uno en la propia ciudad de Arica y el otro en San Miguel de Azapa, a unos 15 km y a donde se llega tomando el taxi colectivo rural.
Este museo es el centro principal. Ocupa lo que en la colonia fue una hacienda productora de aceite de oliva que contó con trabajo esclavo negro.
Tiene dos edificios, ambos con paneles explicativos y audioguías gratuitas fantásticas que se descargan gratis con códigos QR.
El primero está dedicado a los chinchorros y a las culturas posteriores que habitaron o influyeron en esta zona. Pero el día de la visita sólo me interesaron los chinchorros.
No deja de asombrarme que eran meros recolectores/pescadores/cazadores cuando comenzaron a momificar deliberadamente a sus muertos, 5.000 años antes de Cristo.
Sabemos por la arqueología que su vestimenta se reducía a un taparrabos o una faldilla y a un adorno en la cabeza. Ciertamente era suficiente para el clima desértico.
También sabemos, por los análisis a los que se han sometido sus restos, que medían un poco menos de metro y medio las mujeres, mientras que los varones podían llegar a 165 cm.
Sufrían frecuentemente de neumonía y de intoxicaciones alimentarias.
Pero lo que me impacta es que cuando empezaron con la momificación su tecnología era muy limitada.
Fabricaban arpones con madera y piedra para cazar y maceraban la totora para elaborar bolsas y cestos. Para pescar manipulaban conchas, espinas o huesos para manufacturar anzuelos y para mariscar usaban costillas de lobo marino. Eso era todo.
Y a pesar de esa cortapisa desarrollaron conocimientos de anatomía y de los materiales que tenían a su alrededor para, por primera vez en la humanidad y durante 3.500 años, momificar los cuerpos de sus muertos.
Para ver a las momias hay que dirigirse al segundo edificio del museo de San Miguel de Azapa.
Se llega a ellas bajando por un corredor. Conduce a una gran sala con objetos chinchorros y una exposición de momias, incluidas vitrinas con sólo infantes y fetos.
Hay también un pasillo que lleva a un cuarto donde decenas de momias descansan en sus respectivas camillas, como si fuera una gran morgue de cuerpos pequeños y oscurecidos.
Pasé por todas las vitrinas, le di repetidamente a rebobinar a la audioguía y volví sobre mis pasos para entender lo que veía.
Las momias son extraordinariamente diferentes entre sí porque a lo largo de los tres milenios que pervivió esta práctica los chinchorros evolucionaron el modo de hacerlo.
🟢 Entre aproximadamente hace 7.000 y 4.800 años las momias tienen un aspecto negro. La técnica que se utilizaba consistía en desarticular al cadáver dejando su esqueleto, que se reforzaba con madera y esteras.
A continuación se rellenaban las cavidades con una mezcla de vegetales, ceniza y arcilla y se procedía a modelar el cuerpo, para lo que se usaba arcilla gris.
Luego se le volvía a colocar la piel y sobre el cráneo se añadía una peluca negra. El paso final consistía en aplicar una pintura de manganeso -y de ahí el color negro- y se le dibujaba la boca, los ojos, la nariz y el órgano sexual.
🟢 En torno a los años 2.800 y 2.500 antes de Cristo, los chinchorros cambiaron su técnica de momificación, dando lugar a lo que se conoce como las momias rojas.
Ya no desarticulaban el cadáver en su totalidad, sino sólo la cabeza. Este cambio se debió a que comenzaron a quitar los órganos y parte de la musculatura ejecutando incisiones en el cuerpo.
Sin embargo, seguían con la práctica de añadir palos para reforzar el esqueleto y de usar materiales diversos para rellenar las concavidades y modelar el cuerpo. Finalmente, añadían la piel y una peluca, y a continuación los pintaban de rojo.
🟢 Con el paso de los años - o más bien de siglos- una nueva innovación comenzó a practicarse: la piel se añadía en forma de vendajes.
Todavía hubo una evolución más, cuando comenzaron a limitar sus intervenciones a meras deshidrataciones y a cubrir los cuerpos con mezclas de barros.
🟢 Y luego, en torno al año 1.700 antes de Cristo (o, lo que es lo mismo, hace unos 3.700 años) abandonaron la práctica.
Nadie se atreve a aventurar la razón de por qué dejaron de momificar.
Tampoco por qué un día empezaron.
Se sugiere que quizá las momias formaban parte de la vida diaria de la comunidad, o al menos de sus fiestas.
También se desconoce por qué momificaban con gran delicadeza a los fetos. Pero se insinúa que quizá todo el proceso de momificación tuviera que ver con sufrir un altísimo índice de muerte infantil, de embarazadas y abortos.
Los chinchorros no sabían lo que a nosotros nos dicen los análisis científicos de sus cuerpos: que su agua estaba contaminada con arsénico. Los rondaba siempre una muerte horrible, pero con los infantes se ensañaba.
Salí de San Miguel de Azapa impactada. Esperé un día para visitar Sitio Colón, el segundo museo que aloja momias chinchorro y que está en la ciudad de Arica.
Su origen es muy reciente, de apenas 20 años, cuando aparecieron 48 momias mientras se construía un hotel. El deterioro de estos cuerpos, que tienen aproximadamente de 5.000 a 4.000 años, impidió su mudanza.
El espacio está protegido por un cristal que permite caminar y arrodillarse sobre los cuerpos para observarlos en detalle.
Un enorme panel explicativo y con dibujos en la pared del fondo ayuda a comprender qué estamos viendo.
Es asombroso y desconcertante. Extraordinario.
A día de hoy se han descubierto unas 300 momias chinchorro. Un poco más de la mitad son producto de la intervención humana. El resto son el resultado de las condiciones desérticas que tienden a momificar a los cadáveres.
En 2021, la UNESCO declaró este sistema de momificación artificial como Patrimonio de la Humanidad.
Definitivamente, los hombres y mujeres chinchorro de hace 7.000 años lograron la inmortalidad para sus muertos.
❗️En Arica no todo es feo.
Cierro esta carta con una foto de la catedral, obra del taller de Gustave Eiffel.
En Chile hay tres obras de Eiffel, las tres en Arica. Corresponden a los tiempos en los que la ciudad era parte de Perú, antes de la Guerra del Pacífico.
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🥰 Gracias mil por leerme. Cuando recibas esta carta estaré en San Pedro de Atacama, en la región de Antofagasta. Todavía desierto.
¡Qué interesante! A mí también me resulta curioso que varias civilizaciones momificaban alrededor del mundo. Se le conoce más a los egipcios por hacerlo, pero incluso en México también se hizo.