Con más de 200 bodegas abiertas al público, Mendoza es el paraíso del enoturismo. El lugar para ser una sibarita por un días, disfrutando el hedonismo del buen comer y beber y de los sentidos.
Después de visitar más de 20 bodegas, mi impresión es que aunque el terroir, el clima y el dinero son elementos importantes en la elaboración del vino, lo esencial es la creatividad humana.
Los vinos y bodegas que enamoran son las que se las ingenian para crear singularidades, no uno más de lo mismo. Además, saben venderla. Pero, sobre todo, saben contártelo.
🍇 Los orígenes
La vitis vinifera –la vid que da la uva para hacer el vino– llegó a Mendoza en 1561. Incluso sabemos la fecha exacta: el 2 de marzo, cuando Pedro del Castillo fundó la ciudad.
👉🏼 Donde llegaban los conquistadores, llegaba la religión católica y, con ella, la vid para el vino de la misa.
No se tiene ni idea de qué cepas son las que llegaron en esas fechas ni durante los siglo de la colonia, pero sí se da por hecho que el vino era muy distinto al de los gustos actuales.
El gran cambio en lo que se cultivaba llegó en la segunda mitad del siglo XIX cuando distintas plagas de origen americano llegaron a Europa y arrasaron con los viñedos.
El otro lado de la moneda fue que vides europeas nuevas y miles de viticultores y agrónomos se movieron de Europa a Argentina, Chile, Uruguay, Estados Unidos, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Y la historia del vino cambió.
A Mendoza llegó el Malbec desde Francia. Se adaptó espectacularmente al suelo árido y a las condiciones desérticas de la provincia, relegando en popularidad a las vides anteriores, denominadas criollas.
Hoy, en cualquier lugar del mundo decir Malbec es pensar en Argentina🇦🇷
🍷 Un placer para los sentidos
En mi peregrinar de bodega a bodega, conocí una cultura, aprendí de viticultura y disfruté inmensamente de sabores, colores y aromas.
Las zonas vinícolas que conocí son los tres emblemas de esta provincia: Maipú, Luján de Cuyo y el famosísimo y adinerado Valle del Uco, donde en los últimos años ha entrado gran cantidad de capital extranjero.
🟢 Si bebes, no conduzcas:
Para Maipú, me desplacé en una combinación de tranvía, caminar y bicicleta eléctrica, que se puede alquilar.🚊 🚲 🚶🏻♀️
Pero para las regiones más alejadas usé Uber y en dos ocasiones viajé en el bus vitivinícola, que sigue el concepto de hop on, hop off entre bodegas.🚗 🚌.
En el bus hay que firmar un papel de compromiso a comportarse, no emborracharse y a pagar, en concepto de limpieza, el equivalente a $100 USD si se vomita. 🛑
La gran baza de Mendoza es el suelo, el famoso terroir, arcilloso o pedregoso, que permite un excelente drenaje.
A eso se suma la altura, especialmente en el Valle del Uco, que hace que las diferencias de temperatura entre el día y la noche sean perfectas para la maduración de la uva.
Luego está el asunto del agua. Esto es un desierto adosado a la cordillera de los Andes. El agua, muy rica en minerales, proviene del deshielo y riega a las fincas a través del sistema de goteo siguiendo el modelo en el que los kibutz israelíes fueron los pioneros.
👀 Para producir 1 litro de vino se emplean 500 litros de agua. Se usa en el riego pero también en labores de bodega, como limpieza de barricas. Algunas bodegas reciclan toda el agua que pueden, otras simplemente pasan del tema.
El paisaje entre bodegas son miles de hileras de cepas en espaldera. Ocasionalmente se ven en parra, en este caso se trata de uvas para vino blanco.
Cada bodega cerca sus vides y las separa de la verja, para evitar un problema que era muy común: los domingueros que pasaban en coche, veían un racimo y lo cortaban.
Prácticamente todas las filas de vides están protegidas por una malla negra. Su material puede llegar a ser Kevlar, el mismo que se emplea en la confección de los chalecos antibalas.
Sirven para proteger a las cepas de varias formas:
bajan hasta 4 grados la temperatura cuando es necesario
protegen de un viento caluroso que llaman Zonda y baja como un loco de los Andes
resguardan del granizo que es muy común justo antes de la vendimia
Según los lugareños, graniza cuando las nubes que vienen de los Andes chocan con las que proceden del este.
Hasta hace poco algunos de los distritos vitivinícolas tenían un avión disipa-tormentas, del mismo modo que alguno países los tienen para “sembrar” lluvia. Había lío porque todos lo querían, pero estaba limitado a sólo algunas zonas.✈️
Ahora no hay. La razón, según los bodegueros, es la misma que se oye en Argentina para otros muchos asuntos públicos: no hay plata

Muchas bodegas mantienen la costumbre de plantar rosales al comienzo de las hileras. Proviene de Europa de la época de las plagas, cuando se creía que, si venía una enfermedad, afectaría antes a las rosas y alertaría para salvar al viñedo. Hoy se sabe que no es así, pero es una tradición hermosa.
Llama la atención terreno plano y la separación entre las hileras permite la recolección mecánica, que es mucho más barata que la manual, aunque es menos fina y maltrata más a la planta.
Realmente en Mendoza sólo se cosecha a mano uvas que van a ser destinadas a producir vinos de alta gama.
Es muy complicado encontrar trabajadores para la vendimia y prácticamente todos son jornaleros bolivianos y peruanos.
A esos jornaleros se les entrega una ficha por cada canasto de uva que entregan y, al final de la vendimia en cada cosecha se les redime por dinero. Esas fichas se reciclan como marcadores de botellas.
👉🏼 En algunas bodegas donde la cosecha es manual, la elección de las uvas se deja en manos de mujeres porque hay la creencia de que son más finas y hábiles en el trabajo con las manos.
(Se ve que nunca me han tenido a mí de empleada).
🏡 La arquitectura bodeguera
Los edificios de las bodegas son un mundo aparte. Las hay tradicionales, incluso de siglo y medio, y las hay que optan año tras año al premio a la bodega con mejor diseño.
Estas suelen ser enormes, como piezas de Lego, en materiales nativos que les otorgan un aire de pertenencia al lugar.
Entre las grandes o de renombre las principales excepciones son Catena Zapata, que es una pirámide, y Mauricio Lorca, que es el mayor mural pintado de Argentina.
Las bodegas más prestigiosas están rodeadas de césped, arbustos, árboles e incluso lagunas artificiales que las convierten en un dulce para la vista, con los Andes nevados de fondo, incluso en el verano.

💰 Hablamos de plata: las visitas a las bodegas
Entrar para las catas tiene un costo. En mis visitas pagué entre los 6.000 a los 40.000 ARS (aproximadamente de 5 a 37 euros).
Eso da derecho a una visita con explicación y cata de 3 o 4 vinos. De todas las bodegas que visité, sólo en Andeluna y en Séptima ofrecieron algo de picar, nueces y quesos respectivamente.
La bodegas hacen vino blanco, rosado, naranja, tinto y espumante (cava) en varias gamas y de uvas propias o que compran.
Por ejemplo, para el blanco es común comprar Torrontés en otras provincias o, si son una bodega en Luján de Cuyo pueden comprar en Valle del Uco para tener más opciones.
👉🏼 Si una bodega le vende uvas a una de las grandes siempre lo dice, es una gran validación. Por ejemplo, Bonfanti le vende a Catena- Zapata, que es como decir que eres una tienda inglesa proveedora de la Casa de los Windsor.👑

La parte que para mí tiene más atractivo es la de los tanques y toneles.
Como la mayoría es Malbec, pasan un tiempo en barrica, o en algo semejante. He visto piletas epoxi, nuevas y muy antiguas, huevos, ánforas de cerámica, ánforas presurizadas, toneles gigantescos y también pequeñitos de roble francés, también roble americano y húngaro, incluso de acacia rumana.
Todo un mundo para potenciar los olores, colores y sabores que el enólogo decide. Un gran poder de creación de sensaciones.
Y ahí también entra en juego el tema de los corchos, quedando el de alcornoque reservado para los tintos de más alta gama. Y ni siquiera para todos.
Los términos Reserva y Gran Reserva no significan lo mismo que en Europa, donde son términos mucho más regulados.
Y cuando ya el vino está preparado, se etiqueta, se distribuye y se vende. Se producen millones de litros de vino anualmente. Una sólo bodega grande, como López, puede producir el doble que toda la D.O. del Ribeiro junta.
Casi todo el vino se queda en Argentina y el que se exporta se va a Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, China, Japón o Corea del Sur.
Es extremadamente difícil para ellos entrar al mercado continental europeo. Hay excepciones, pero son eso, una excepción.
🍷 Almuerzos con maridajes
Prácticamente todas las bodegas abiertas al turismo tienen restaurante y servicio de maridaje.
Los precios dependen de la bodega y del número de pasos del menú. El más caro que tomé fue en 3 pasos en Norton (75.000 ARS). Estuvo muy bien pero al llegar a Mendoza me compré un sandwich. Tenía hambre.
Algunas bodegas también tienen opciones más baratas en forma de cesta. Dentro viene un sándwich, un mantel y una botella de vino. Y con ella, cual Caperucita Roja, cruzas los viñedos o te sientas a comer bajo un árbol del jardín.🧺

💖 Mis bodegas preferidas
🟢 Susana Balbo. Es la bodega de la primera mujer enóloga de la Argentina. Cuando se graduó en los 80 nadie en Mendoza la contrató, así que se fue a Salta, donde experimentó con vino de (muchísima) altura. Para mi gusto, sus vinos son los más ricos.
🟢 Bodega Salentein, de unos holandeses que le pusieron a la bodega el nombre de su castillo. Ya eso indica bastante. Me encantó la guía y la bodega. Estilosísima. La llaman la llamadora porque fue la primera gran bodega en Valle del Uco y atrajo a más.
🟢 Bonfanti, una bodega mediana que gestionan los bisabuelos de un piamontés que llegó en 1915 a la Mendoza con injertos de Malbec y de olivos en su maleta. Fui a un evento que maridaba vino con comida, astronomía, música y tarot. Me lo pasé estupendo.
👉🏼 Para la crianza de su mejor vino, que es ecológico, utilizan unas ánforas gallegas, y eso me tocó el corazón.
🟢 Bodega Argentia, antigua, con depósitos de epoxi del siglo pasado, y que gestionan los descendientes de un emigrante alemán.
Me encantó su servicio de restaurante con maridaje. Es, para los estándares de Mendoza, una bodega pequeña, con sólo 600.000 litros de vino producidos anualmente.
🟢 Bodega Séptima, de la catalana Codorníu. Es un espectáculo. Estupendo el lugar, la guía y los vinos.
👉🏼 Ahí me enteré que en Latinoamérica el espumante (cava) que vende Codorníu se llama María, en vez de Anna, como en España. Además, en la bodega de Mendoza hacen varios tipos de María. Me compré una botella que abriré el día de fin de año.🍾
🟢 Domaine Bousquet, que es una bodega biodinámica. En este punto de la explicación sólo entendí que esto es muy ecológico y que son muy importantes los ciclos de la luna. Se come muy rico y los vinos hacen un maridaje sensacional.
🟢 Mauricio Lorca. Me rechifló esta bodega, su Savignon Blanc y su sommelier, que es el encargado de la visita.
Y eso es todo por hoy
Feliz entrada en 2025 💖
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🥰 Gracias mil por estar ahí. Esta carta la he escrito desde Mendoza.
Que lindo Mendoza! Tengo familia allá y también algunos parientes en San Juan, la provincia que esta pegadita, no se si has oído algo de eso, pero tienen cierta rivalidad por el tema del vino!😅
Cuando te leía recordé a la abuela de mi hermana, ella trabajaba en los viñedos en San Juan, supongo que por eso de que las mujeres son "más finas" en el trabajo de las manos. Después de largas jornadas traía a la casa unas uvas grandes y dulces, que decía eran de exportación y no se conseguían en ningún mercado en la ciudad.