Hola,👋🏼
¿Cómo vas?
Tengo un mes para Brasil, el quinto país más grande del mundo. Elegir y descartar.
Después de Río de Janeiro, donde aterricé, deseché los lugares que se supone debo visitar según la dictadura de los algoritmos y escogí los que sé que hacen palpitar mi corazón y caminar con sonrisa de boba.
Te diré que después de un año viajando, me rebelo activamente contra el consumo pasivo de las redes sociales que nos dicen los 10 lugares indispensables qué visitar y que me van a sorprender.
Pareciera que nos quieren imponer qué comer, qué fotografiar y qué pose desplegar para un selfie de un yo que me resulta extraño.
Lo siento como la dictadura de la uniformidad.
Así que, para mi viaje, que al fin y al cabo es mío, elegí el final y el comienzo del Camino Real de la época colonial: Paraty y Ouro Preto.
Ambas ciudades son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, ambas son lugares postal. Y en el camino me encontré con la historia de un zapatero y su hijo que no paro de recordar.💖
📖 Un poco de historia
La razón de ser de Paraty y Ouro Preto es –o mejor dicho, fue– el oro en cantidades nunca vistas en ningún lugar del mundo hasta su descubrimiento de magníficos filones a finales del siglo XVII. Sucedió en lo que hoy se conoce como Minas Gerais.
Refrescar un poco de historia viene bien aquí.
Las las dinastías europeas desde el siglo XVI estaban enfebrecidas con un sueño: encontrar el equivalente a la montaña de plata que la Corona de Castilla había encontrado (o de la que se había apropiado) en Potosí.
Aunque Portugal dominaba en esa época la ruta de las especias y era el gran comercializador de africanos esclavizados, sus territorios carecían de metales preciosos en esas cantidades.
En Brasil – territorio que le correspondía por el acuerdo de Tordesillas con Castilla–, su gran fuente de dinero era la explotación de la caña de azúcar en el nordeste.🍬
Pero por asuntos dinásticos, esa gran gallina de los huevos de oro sufrió grandes percances.
Las causas las resumo rápido aquí:
🟢 Por asuntos hereditarios, Portugal quedó bajo control de la monarquía hispánica entre 1580 y 1640.
🟢 Por esa época, los holandeses, que también estaban bajo el mismo control y por las mías razones, se rebelaron y entre otras medidas tomaron para sí el nordeste brasileño.
Cuando los portugueses recuperaron “su” Brasil ya era 1654. Para más inri, los holandeses se habían llevado consigo la caña de azúcar que comenzaron a plantar en las Antillas.
👉🏼 Con mayor oferta, cayeron los precios y las finanzas portuguesas se resintieron.
🏅 Así estaban las cosas hasta que de casualidad un grupo de bandeirantes paulistas encontró cantidades ingentes de oro en Minas Gerais en 1698. UN PE-LO-TA-ZO.
💎 Y años después, en 1722, en la misma región pero más al norte, encontraron diamantes. La mayor concentración conocida hasta entonces. El RE-PE-LO-TA-ZO.
⚓️ La linda Paraty
Paraty está en la costa a 4 horas de Río de Janeiro.
Esas dos ciudades eran los puertos desde donde se embarcaban hacia Europa el oro y los diamantes que correspondían a la Corona portuguesa, el famoso quinto real.
Llegaba a los puertos desde Minas Gerais en cofres cerrados sobre carros arrastrados por mulas y bajo el control del ejército portugués.
Cuando el boom del oro y de los diamantes se agotó, el mundo se olvidó de Paraty, y así su distrito histórico pudo conservar su encanto.
Sus calles están ordenadas como un damero. Son una sucesión de casas de uno o dos pisos de muros blancos adornadas con diseños geométricos y marcos, ventanas y balcones coloridos.
Sobre los muros se desbordan ramas con flores y en las calles cercanas a la costa huele a mar.
No hay bullicio, a pesar de las tiendas de ropa y souvenirs, museos, vendedores ambulantes de pulseras y aretes y restaurantes y cafés que alargan sus espacios colocando sillas y mesas en la calle.
Ayuda al ambiente apacible que está prohibido el tráfico de coches, excepto para los residentes y para abastecer a los locales.
Sin embargo, a pesar de su ausencia, los turistas no tomamos el centro de las calles, todo lo contrario.
Nos movemos pegados a los muros, intentando evitar las piedras irregulares del adoquinado y huir del castigo del sol, protegiéndonos bajo las sombras mínimas que forman las calles.
Al anochecer, las farolas de época con luz tenue, entre blanquecina y amarillenta, invitan a deambular.
Es el lugar perfecto para hacer nada, sólo disfrutar.
Paraty es Patrimonio de la Humanidad junto con Ilha Grande, aunque esta última lo es por su diversidad natural. Sin embargo, no hay comunicación directa entre las dos, así que me la salté.
Pero sí disfruté del mar.
En la bahía hay más de 70 islas e islotes y se ofrecen multitud de actividades para los turistas, que son, en su mayoría, nacionales.
La más popular es una salida en goleta parando en playas de colores que parecen salir un filtro de Instagram pero son naturales.
A pesar de ser tentador, opté por salir a bucear en un barco con más de 20 buceadores. Una experiencia muy divertida en agua de temperatura casi caribeña pero con escasez de peces y corales.
🇧🇷Ocho horas en Río de Janeiro
Para ir de Paraty a Ouro Preto, el inicio del Camino Real, tuve que volver a Río de Janeiro y esperar 8 horas para cambiar de bus.
Aproveché para visitar el fabuloso Museo de Amanha y el Muelle de Valongo, también declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
👉🏼 Por el Muelle de Valongo se estima que entraron entre 900.000 y un millón de esclavos africanos en el siglo XIX. Hoy sólo quedan restos arqueológicos.
👉🏼 No hay datos definitivos de cuántas personas africanas fueron esclavizadas y enviadas a América entre los siglos XVI y XIX, pero las estimaciones de historiadores hablan de 12 millones de seres humanos comprados y vendidos como mercancía.
👉🏼 A Brasil llegaron entre 3 y 5,5 millones de esclavos. Fue el país con mayor número.
Aunque los esclavizados trabajaron en distintas labores, fueron instrumentales en el desarrollo de las economías del azúcar en el nordeste y de la minería de oro y diamantes en Minas Gerais.
👉🏼 Brasil fue el último país de las Américas en abolir la esclavitud. Fue el 13 de mayo de 1888.
👉🏼 Hoy en Brasil el 56 por ciento de la población es negra (10%) o mulata (46%).
🚌 En bus de Río de Janeiro a Ouro Preto
Creo que no es una exageración decir que Latinoamérica se mueve en bus.
Las terminales brasileñas son extraordinariamente eficientes y seguras.
La de Río de Janeiro es enorme con plataformas distribuidas en dos pisos. Hay restaurantes, cajeros automáticos, librerías, consignas para el equipaje, tiendas de cambio de divisas, taxis, parada para Uber y policía militar. Todo lo que se puede necesitar.
Cuando anochece las terminales rebosan de viajeros porque las distancias son tan enormes que hay muchos servicios de madrugada.
Contribuye a eso también que los autobuses son muy seguros, limpios y cómodos.
Puedes comprar tres categorías de asientos y viajar casi en una cama y sin asiento al lado. Además, son silenciosos porque la ley prohíbe escuchar/hablar por móvil y todo el mundo cumple en este punto.👆🏼
Dormí como un tronco y cuando desperté con el amanecer a las 5.45 am estaba viajando por un paisaje montañoso y verde.
⛰ Me enamoré de Ouro Preto
Ouro Preto puede considerarse el inicio del Camino Real, al menos hasta que se descubrieron los diamantes en Diamantina.
Es una ciudad grande y universitaria, pero al quedar fuera de las rutas principales de comercio al agotarse el boom del oro conserva maravillosamente su casco histórico, que es enorme.
Es una sucesión de subidas y bajadas con calles adoquinadas entre casas del siglo XVIII y numerosas iglesias en las que el barroco - rococó colonial alcanzó su esplendor– y su DESMESURA.
Créeme cuando te digo que nunca has visto tanto oro junto como en alguno de esas iglesias.¡Las hay con angelitos de oro macizo!
El siglo XVIII en Ouro Preto fue uno de violencia y opulencia.
La violencia tuvo varios actores y víctimas, entre otros:
🟢 Exterminio de los Cataguás, la población nativa
🟢 Introducción masiva de esclavizados
🟢 Revueltas contra Lisboa por cuestión del quinto real
🟢 Intentos fallidos de buscar la independencia de Minas Gerais con el movimiento de la Inconfidencia
🟢 Represión brutal por parte de la corona portuguesa
La opulencia se concentró en casas privadas, iglesias, capillas, pasos y actos religiosos.
Hay que subrayar que, a diferencia de lo que ocurrió en el resto de las colonias portuguesas o españolas, las órdenes religiosas quedaron excluidas de Ouro Preto por orden de Lisboa, en un intento de no compartir con ellas la riqueza mineira.
Ante ese vacío, cada iglesia la gobernaba una cofradía que seguía reglas de raza y clase social para admitir a sus miembros.
Acabó habiendo una competición feroz entre ellas para exhibir poderío y eso es lo que vemos hoy: iglesias bellas, ostentosas y que traen a la mente la idea, no de espiritualidad, sino de una puesta en escena.
Mis iglesia preferida es San Francisco de Asís pero son también espectaculares la Concepción, el Carmen, el Pilar o Santa Efigenia, la de los negros.
Pero esta exuberancia arquitectónica, escultórica y pictórica financiada con el oro no se limitó a Ouro Preto sino que llegó a pueblos situados hasta a dos horas de distancia..
En un viaje en bus público de 30 minutos me acerqué a Mariana, donde disfruté de su magnífica iglesia de la Concepción y de dos iglesias hermanas, una al lado de la otra.
En el museo municipal me dejaron entrar gratis porque no había información en español y les daba vergüenza cobrarme.
Todo este esplendor religioso que visité durante tres días no existiría sin Aleijadiho, un mulato deforme que sufrió, se cree, que de lepra y al que hoy se considera el mejor artista del Brasil colonial.
Pero en Ouro Preto no todo son iglesias, también hay casas nobles y mi preferida es el Palacio d´Ouro. Es la mejor restauración de una casa del siglo XVIII que yo haya visitado. Pero además tiene una historia que contar.
Todo empezó con un zapatero humilde, una actriz rutilante y un niño de cinco años al que discriminaron.
Hace unos 50 años, uuna conocida actriz brasileña que visitaba Ouro Preto rompió el tacón de unos zapatos de 500 dólares. Preguntó quién podía arreglarlo y la remitieron a un zapatero,
El remiendo fue perfecto y la actriz quedó impresionada con la sensibilidad y buen hacer del zapatero.
Para hacer la historia corta diré que la actriz presentó al zapatero a gente rica de Ouro Preto y comenzó a instruirlo en antigüedades.
Poco a poco el zapatero mudó en anticuario encargado de buscar por toda Minas Gerais muebles de valor para los adinerados de la zona.
Para entregar uno de sus encargos fue con su hijo de cinco años a una gran casa, una de las más grandes en el pasado pero con un presente de venida a menos.
Dejaron entrar al padre. Pero al niño, un mulato humilde, le cerraron la puerta. Le obligaron a esperar sentado en la escalera de la calle.
Ese niño es hoy un hombre de mi edad.
Aquel niño de ayer es hoy el dueño de esa casa.
Tras 15 años buscando dinero para restaurarla con mimo, la ha abierto al público con guías que explican con detalle y sabiduría la vida en el Ouro Preto del boom oro sin excluir a nadie. Es la historia de señores, rebeldes y esclavos.

Hasta aquí llega la carta de hoy. Espero que cuando la recibas estés estupendamente.
Ya sabes que me puedes contactar en los comentarios o respondiendo directamente a este email.
Abrazos
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🥰 Gracias mil por estar ahí. Esta carta te la envío desde Belo Horizonte, una ciudad diseñada desde la nada.🇧🇷
Me fui a Google Maps a ubicar en el mapa Ouro Preto, no tenía idea donde quedaba. Como siempre, superinteresante toda la información histórica que compartes. Y me encantó la historia del zapatero y su hijo, el desenlace me robó una sonrisa.