¿Por qué seduce Nueva Zelanda? 🇳🇿
Encanto y reglas en un país que lo hace (casi) todo bien
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Hola, ¿cómo estás? 👋🏼
Te escribo una carta en la que trato de desentrañar dónde radica el encanto de Nueva Zelanda.
La belleza de su isla sur es la razón por la que el país encabeza innumerables listas como el país más hermoso del mundo. Pero, ¿lo es?
A mis ojos, la Patagonia es más bella, tanto la argentina como la chilena. De hecho, tienen un paisaje de montañas, lagos y fiordos que se asemejan.
Sin embargo, la isla sur de Nueva Zelanda es la gran seductora y actúa como un imán que hace que los turistas la consideremos perfecta.❤️
Pero, ¿qué está detrás de ese embrujo?
Esto es lo que intentaré desgranar en esta carta.
Poca gente, mucha infraestructura 👩🏻⚖️
Mi estancia en la isla sur de Nueva Zelanda se concentró en la región sureña de Otago: Wanaka, la bellísima Arrowtown, la activa Queenstown, Te Anau y Milford Sound, la joya de la corona.
Moviéndome entre esas localidades era evidente que la isla sur de Nueva Zelanda, si bien es la más grande, está escasamente poblada. Ni llega al millón y medio de habitantes.
La consecuencia son inmensas extensiones de terreno verde, atravesado por carreteras asfaltadas y bien señalizadas, aunque estrechas y muy ondulantes.
Son rutas entre montañas majestuosas, lagos inmensos, ríos estrechos y bosques que, en esta época del año, combinan el verde eterno de los árboles perennes con todas las tonalidades entre el amarillo y rojo de los caducos.
La señal 5G raramente se pierde y puedes usarlas sin límite porque tanto las Sim como las eSim son económicas. Son mucho más baratas que en Latinoamérica.
Los buses públicos, que transportan bicicletas en la parte frontal, paran en muchas de las cabeceras de rutas de senderismo y ciclismo.
Las ciudades son prístinas y es posible pagar todo sólo con tarjeta. No vi un billete neozelandés en toda mi estancia, evitando así gastos innecesarios de retirada en cajeros.
Los servicios para los turistas incluyen alojamientos y restaurantes de todo precio y tours variados, con énfasis en deportes y aventura y amplias opciones para viajes en avioneta o helicóptero para sobrevolar los puntos más icónicos, incluidos los que salen de fondo en la trilogía de El señor de los anillos.
También es posible alquilar fácilmente ropa de nieve o montaña y a precios asequibles.
Me llamó la atención la abundancia de baños públicos. Todos los encontré aseados. La mayoría unisex.Los más modernos abren y cierran con botones que siguen un código de colores.
Una vez dentro, una voz anuncia que el tiempo máximo es de 10 minutos y en un cartel en varios idiomas se explica que para que la cisterna opere después de las necesidades, te tienes que lavar las manos.
La otra opción es apretar directamente el botón de salida, pero el que sale del baño sin lavarse las manos queda delatado por el ruido de vaciado que hace la cisterna al abrirse la puerta.
Muy pocos turistas 🥾
Nueva Zelanda es más grande que el Reino Unido o que Ecuador, pero en 2024 apenas ha superado los tres millones de turistas internacionales.
Las consecuencias más evidentes son que la presión humana sobre la Naturaleza es manejable y que no hay filas constantes para disfrutar de las atracciones o lugares más codiciados por los turistas.
Uno de cada tres de los turistas internacionales es australiano, pero el segundo grupo más grande es el chino, fáciles de ver no sólo por sus rasgos faciales sino también por su propensión a llevar en la mano iPhones con carcasas extraordinariamente brillantes.
Aunque en cantidades menores, es también notoria la presencia de estadounidenses, británicos, japoneses, coreanos e indios, tanto hindúes como musulmanes.
Debido a la fuerte presencia oriental, muchos de los carteles en zonas turísticas tienen instrucciones en inglés, maorí y mandarín, principalmente, aunque también los hay que añaden coreano y japonés.
En este punto voy a traer a colación el sistema migratorio de Nueva Zelanda. Tiene una visa muy interesante para el turismo que es la Working Holiday Visa.
Este visado permite a jóvenes de ciertos países vivir y trabajar en el país por un año y a canadienses y británicos incluso por más tiempo.
Las consecuencias prácticas de estas visas son dos. Por un lado, Nueva Zelanda nunca tiene problemas para cubrir puestos de trabajos relacionados con el turismo ya que los jóvenes extranjeros con estos visados son los que le solucionan la papeleta a Nueva Zelanda.
Por otro lado, si estás en un lugar turístico, siempre va a haber alguien que hable tu idioma, así sea el mandarín.
Un francés con esta visa fue la persona que me explicó en qué buzón depositar mis postales según el tipo de sello.
Los únicos tres españoles que me encontré en mi periplo neozelandés estaban en el país con esa visa, como así estaban las decenas de chinos y japoneses que me atendieron en centros de información turística, restaurantes, heladerías y tiendas de souvenirs.
Es un país híper seguro 🚨
No importa qué clasificación se consulte, Nueva Zelanda está siempre en la lista de los países más seguros del mundo. Pero no es necesario comprobarlo, es una sensación que se tiene en todo el país.
Siempre hay excepciones. El país quedó conmocionado por el asesinato reciente de un estudiante de doctorado estadounidense.
El hecho en sí produjo shock a nivel nacional, pero nada comparable al desconcierto cuando se supo que el asesino era un menor que mató al estudiante –persona a la que no conocía– para saber si podía hacerlo.
Quizá la lección a sacar es que no debemos olvidar que incluso en el Edén hubo un Caín.
A pesar de ello, Nueva Zelanda es un lugar seguro. Salí de noche sola a pasear, cenar y tomar copas. También de mañana antes de amanecer para tomar autobuses a cabeceras de senderos.
La seguridad está en el ambiente. Te cuento dos ejemplos.
Es habitual encontrar niños solos en autobuses públicos a más de 10 km de sus pueblos yendo a sus centros deportivos.
Cuando llegan a sus paradas toman sus pelotas de fútbol o rugby o sus palos de hockey y sus bolsas y se bajan. No hay adultos transportándolos ni diciéndoles qué hacer y cuándo. Son autónomos en un país seguro.

En Queenstown hay un bar donde la cata de vinos es independiente. El sistema consiste en dejar a los empleados en el mostrador una tarjeta de crédito o débito.
A cambio, se recibe una tarjeta con chip que se inserta para que automáticamente se registre qué tipo de vino tomaste, cantidad y precio.
Nunca pensé –y creo que no lo hace nadie– que el empleado pueda copiar o usar la tarjeta que le dejé en depósito.

La razón de la seguridad posiblemente tenga mucho que ver con el tipo de cultura que han creado en Nueva Zelanda con el paso de los años, pero también con las leyes y su ejecución.
Hay leyes y las leyes se cumplen. Hay consecuencias si te comportas mal.
Hay que estar atento a todas las multas posibles por todo lo que puedes hacer mal: cruzar donde no debes, introducir una manzana al país, viajar sin cinturón de seguridad, dejar que tu perro entre en un lugar no permitido para mascotas, etc.
Y no es sólo teoría, es la práctica porque que no te quepa duda que las multas las cobran.
También hay abundancia de cámaras y personas que, en principio, no ves pero que están y garantizan que las reglas se cumplen.
El único avión donde he visto implementar a rajatabla lo de que los abrigos y las mochilas van debajo del asiento y sólo maletas con ruedas en el compartimento superior fue en el vuelo de Auckland a Queenstown.
Un auxiliar de vuelo –uno con tantos tatuajes como para ser un candidato serio a acabar en una cárcel de El Salvador si JetStar volase a Estados Unidos–, se aparecía junto al infractor, lo miraba y señalaba al abrigo y la mochila. No hacía falta ni hablar.
Al aterrizar e ir caminando hacia la terminal vimos como unas avionetas levantaban vuelo y de fondo estaban unas montañas nevadas. Unos hindúes se pusieron a hacer fotos. De la nada apareció Seguridad.
Les regañaron porque “a su edad” ya tenían que saber que en los aeropuertos no se sacan fotos por cuestión de seguridad y les obligaron a borrar inmediatamente las fotos que habían hecho.
Incluso los perros tienen “historial”.

La conclusión a la que llegué para explicar la sensación de seguridad que pervade en Nueva Zelanda es que la cultura importa, pero que las leyes y su inmediata aplicación, también.
Un país de gente sociable 👫
Cuando salí del aeropuerto de Queenstown y comencé a mirar para todos los lados buscando la parada del autobús urbano, una muchacha que pasaba por allí se me acercó inmediatamente y me dijo:
¿cómo puedo ayudarte? ¿Qué estás buscando?
Cuando fui a la vinoteca y me senté sola a probar vinos blancos, dos chicas con un bebé que estaban en la mesa de al lado me dijeron:
si estás sola y quieres compañía mientras catas los vinos, ven para nuestra mesa.
cuando esperaba un bus antes del amanecer, cuatro personas que pasaban por delante de la parada me preguntaron variaciones de lo mismo, después de darme los buenos días:
¿a dónde vas? me gustaría asegurarme que estás en el lado correcto de la carretera porque aquí conducimos por la izquierda y muchos turistas se equivocan de lado.
Cuando me alojé en un Airbnb, la propietaria me avisó de que iba a hacer la colada en su casa y no tenía la lavadora llena. Me preguntó:
¿quieres que lave y seque tu ropa?
La interacción con los neozelandeses es continua, muy fácil y, la mayoría de las veces, iniciada por ellos.
Pero, al mismo tiempo, respetan el espacio privado del otro. Son, en eso, muy anglosajones.
La comunidad 🫶🏽
Quizá ese afán por ayudar esté ligada a su cultura de lo comunitario.
Es la gente y no los políticos quienes inician, desarrollan y ejecutan muchos proyectos o son los que presionan para que se lleven a cabo cuando lo público debe intervenir.
Por toda Nueva Zelanda hay carteles explicativos de proyectos comunitarios donde se cuenta qué se hace, por qué y te invitan a sumarte.
Son tan variados como los intereses de la gente, pero me encantó uno en Arrowtown para mantener abierta la primera oficina de Correos y otro en Queenstown para que haya todo el año un parque con flores, para apoyar a las abejas.
Muchos tienen que ver con el medio ambiente y cómo lidiar con las consecuencias de haber introducido en el pasado animales y plantas de otras latitudes y que se expanden sin barreras, arrasando a su paso con criaturas, árboles, arbustos y flores nativos, alterando el paisaje y el clima.
Pero también son muy numerosos los relacionados con su historia y que, al fin y al cabo, son ingredientes fundamentales en su construcción de lo que es Nueva Zelanda y qué significa ser neozelandés.
El peso de la Historia 🇳🇿
Hay un hecho parteaguas y se define con la palabra sacrificio. Es el desastre de la batalla de Gallipoli en la Primera Guerra Mundial.
Los monumentos a esa matanza, los nombres de los fallecidos y las frases asociadas de Lest we forget (para que no olvidemos) y Service above self (servicio por encima de uno mismo) están presentes tanto en Nueva Zelanda como en Australia.
ANZAC es el día nacional de Nueva Zelanda y Australia. Se celebra cada 25 de abril, la fecha del desembarco en Turquía de los soldados de la Australian and New Zealand Army Corps (ANZAC).
Ese día comenzó a forjarse la identidad nacional en los dos países. Nació en una carnicería de jóvenes oceánicos que tuvo lugar en Asia mientras luchaban a nombre de un imperio europeo.
También es frecuente ver, especialmente en la isla sur, monumentos o referencias a otro sacrificio, el de Robert Falcon Scott, Edward Wilson, Henry Bowers, Lawrence Oates y Edgard Evans en su intento fallido en ser los primeros en alcanzar el polo sur.🇦🇶
La Expedición Terra Nova salió en 1912 desde la isla sur de Nueva Zelanda. No fueron los primeros, pero su recuerdo vive.
También hay placas por doquier a los pioneros, a los europeos que en la segunda mitad del siglo XIX poblaron el valle de Otago en la isla sur, especialmente después del descubrimiento de oro en Arrowtown en 1861 y que abrió un período de auténtica fiebre.
Pero hay algo más que también es visible. Hay un intento por reconciliarse con el pasado y con los sacrificios impuestos por los colonos europeos y sus descendientes sobre la población nativa.
Todos los carteles informativos contienen el nombre del lugar en maorí. También qué tribu o clan ocupaba cada territorio y a qué se dedicaban y cómo. Asimismo, contienen explicaciones de cómo la llegada de los colonos europeos perjudicó o desterró de sus tierras a los maoríes.
Pero las diferencias económicas y sociales siguen ahí. Cualquier estadística que se utilice muestra el patrón de que los ingresos de los descendientes de los europeos son notablemente más altos que los de los maoríes.
Un libro y una película 📖 🎥
Te dejo un libro y una película que me encantaron.
🟢 Las luminarias de Eleanor Catton. Ganó el Booker con lo que está disponible traducido en la mayoría de los países.
🟢 La película Gallipoli, que ya tiene más de 40 años y puede considerarse un clásico. El protagonista es Mel Gibson, antes de que se hiciera “especial” y está dirigida por el genial Peter Weir.
Si la ves, nunca olvidarás la escena con la música del Adagio de Albinoni de fondo.
Matanza - Gallipoli - Adagio se vuelven uno y ya no hay forma de separarlos.

📣 Hoja parroquial
Están llegando las postales que envié desde Chile. Si pediste, mira el buzón.
Aprovecho para recordar si queréis que os envíe postales, cartas, regalos o encargos desde Oceanía, todavía estáis a tiempo. Esto es uno de los beneficios de mis suscritores de pago o que contrata un servicio especial conmigo.
Abrazos desde las antípodas.
María Luz
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🥰 Gracias mil por estar ahí. Esta carta la he escrito en Sydney, Australia. Esta ciudad ha desbancado a Vancouver en la lista de mis ciudades favoritas. Es lo más de lo más.🦘
En un momento donde el turismo parece estar descontrolado en algunos destinos, me gusta leer sobre países que se pueden recorrer y disfrutar en tranquilidad.
Me pareció genial lo de los baños delatores.
Buenísima descripción! (El orden: Igualito a mi Argentina, al revés) Saludos.